Todos los pilotos tienen, en un lugar secreto de la cabina del avión, un gran mapa de terrenos llamados "Campos Eventuales"; en definitiva, una cartografía en la que se han marcado algunos valles, carreteras, campos de fútbol, glaciares o playas como lugares posibles para escapar del choque fatal cuando la máquina ya no vuela bien. Un plano de lugares para un aterrizaje forzoso.
Sin duda, en el mundo en el que vivimos, este tipo de mapas debiera estar bien estudiado. Algunas personas saben (¿sabemos?) que alguien nos enseñó a volar hace mucho tiempo y que ahora volamos muy bien y muy rápido. Pero el problema es que se nos olvidó cómo aterrizar, cómo descender lentamente, mirar el paisaje, comprenderlo y, tras un suave planeo, apagar los motores.
- ¿El qué?
- ¿Enganchamos?
- ¡OK !